Viajar en ferry: la forma más relajada de visitar a la familia

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Niños observando la estela del ferry mientras navegan por el mar.

Viajar en ferry: la forma más relajada de visitar a la familia

¿Pensando en visitar a tu familia pronto pero te da pereza un viaje con estrés? Entonces sin ninguna duda, tienes que considerar el ferry como medio de transporte. Visitar a la familia en ferry no solo es una forma cómoda de viajar, sino también una manera de hacer que el reencuentro empiece desde el trayecto. 

Además, es un medio de transporte que tiene muchas ventajas prácticas, como una mayor libertad de equipaje, la posibilidad de llevar el coche y precios más económicos que el avión.

Pocas cosas generan tanta ilusión como reencontrarse con la familia. Ya sea para una comida el domingo, un cumpleaños o unas vacaciones juntos, el viaje podría ser parte del comienzo del reencuentro. ¿Te animas a subir a bordo?


Un viaje sin estrés: cómodo, predecible y con vistas al mar

Todos queremos ver a nuestra familia y nos hace ilusión sin embargo muchas veces el viaje es el que nos frena, y solo se nos viene a la cebeza colas en aeropuertos, parkings para el coche, transporte público la vecina que cuidará de nuestra mascota... ¡todo super estresante! Entonces nosotros te preguntamos... ¿no es mejor que consideres la opción de viajar en ferry y te ahorras todos estos problemas?

Según el último informe de Puertos del Estado, más de 23 millones de pasajeros viajaron en ferries dentro de España en 2024, una cifra que sigue creciendo especialmente en rutas entre la península y las islas Baleares o Canarias. Este aumento refleja no solo la importancia del transporte marítimo para el turismo, sino también el papel del ferry como opción preferida para visitar a familiares de forma cómoda y sostenible.

Más equipaje, menos estrés

Equipaje.... ¡el eterno problema! A diferencia del avión, no hay que llegar con horas de antelación ni preocuparse por las restricciones de peso (ni de tener que pagar más por pesos absurdos). Puedes llevar maletas, regalos o incluso el coche sin cargos extra, algo que las familias agradecen mucho. Además, las cancelaciones y retrasos son poco frecuentes: las principales compañías de ferry en Europa operan con una fiabilidad de más del 95%, según datos de Washington State Ferries.

La familia, al completo

Nada de dejar a tus mascotas en casa de conocidos mientras estás de viaje. Si eliges el ferry, tus mascotas viajarán contigo y así ellos también podrán reencontrarse con tus familiares. Los ferries modernos disponen de zonas adaptadas, camarotes pet-friendly y áreas de paseo exterior donde las mascotas pueden estirarse y disfrutar del aire del mar. Algunas navieras incluso ofrecen servicios adicionales como bebederos, zonas de descanso o espacios climatizados para su comodidad.

Viajar con animales no solo facilita la logística, sino que también aporta tranquilidad: toda la familia viaja junta, sin separaciones ni preocupaciones. Además, para los niños suele ser una experiencia entrañable ver cómo su mascota participa del viaje y del reencuentro con los seres queridos en destino. 

Familia desayunando junta en el salón interior de un ferry con vistas al mar.
Un momento familiar en alta mar: desayuno relajado con vistas al Mediterráneo.

Comodidad para todos: niños, adolescentes y mascotas también disfrutan del trayecto

Viajar en ferry también se convierte en un momento para compartir en familia. Podréis aprovechar la travesía para desayunar juntos en la cafetería, jugar a juegos de mesa o simplemente disfrutar del atardecer desde la cubierta. Estos son pequeños instantes que convierten el viaje en parte del reencuentro.

Navieras como Balearia, Trasmed o FRS Iberia han apostado por modernizar sus barcos para que la experiencia sea aún más cómoda y familiar, con servicios adaptados a diferentes necesidades y presupuestos, toda una ventaja para viajar por las costas de España.

Si prefieres un ambiente tranquilo, también hay zonas silenciosas y camarotes privados, ideales para echar una siesta o leer con calma. Además, los ferries también ofrecen Wi-Fi, enchufes y una amplia selección de menús. En rutas como las que conectan Barcelona con Civitavecchia o Valencia con Palma, incluso hay opciones de camarotes familiares con baño propio y piscina (si viajas en verano).

Viajar con bebés, niños y adolescentes: la gran ventaja del ferry

Si alguna vez has viajado en avión con un bebé, ya sabes lo que es: espacio mínimo, miradas incómodas y cero posibilidad de moverte. En cambio, en un ferry todo cambia. Los más pequeños pueden estirarse, gatear un poco, dormir en un ambiente tranquilo o simplemente observar el mar pegados a la ventana. Y lo mejor: nadie se agobia si tu bebé llora. Es un entorno mucho más relajado y pensado para familias. Además, también podrás encontrar áreas específicas para niños donde estos podrán distraerse y que el viaje sea para ellos... ¡solo un parque de juegos más!

Con los niños un poco más mayores, la experiencia mejora todavía más. Tienen espacio para andar, mirar el mar, jugar un rato o incluso liberar energía en la cubierta. Y para los adolescentes, el ferry es casi un plan en sí mismo: hay Wi-Fi, sitios donde sentarse a charlar, vistas para sacar fotos y la sensación de “libertad” que no tienen en un asiento de avión o un coche durante horas.

Especial vacaciones escolares: viajar sin agobios

Si viajas en plena época de vacaciones escolares, el ferry se convierte prácticamente en un pequeño mundo familiar. Suele haber más horarios, más ambiente y, por cierto, más niños viajando, así que tus hijos se sienten mucho más a gusto. Las zonas de juegos, los menús infantiles y la libertad para moverse hacen que el trayecto forme parte del viaje, no solo del traslado. Es ese tipo de viaje donde los peques están entretenidos, los adolescentes van a su aire… y tú puedes respirar un poco.

Zona de juegos infantil a bordo de un ferry de Fred. Olsen Express, con alfombra colorida, colchonetas y un área segura para que los niños jueguen durante la travesía.
La zona de juegos infantil de Fred. Olsen Express permite que los niños se entretengan y se muevan con libertad 
durante el viaje, haciendo la travesía mucho más cómoda para las familias.

Ahorro para toda la familia

Además, conviene considerar el aspecto económico: viajar en ferry suele ser más asequible que hacerlo en avión o coche, especialmente para familias. Por ejemplo, un billete de ferry para cuatro personas con coche de Barcelona a Palma puede rondar los 120–150 €, mientras que en avión, sumando equipaje y alquiler de coche, el coste fácilmente supera los 250 €. En trayectos cortos como Algeciras–Ceuta, el ahorro es todavía mayor, sin mencionar la comodidad de llevar tu propio vehículo y equipaje sin limitaciones.

Para más información sobre precios, te recomendamos que utilices nuestro buscador donde obtendrás los horarios y precios más actualizados.

Buscador de Direct Ferries mostrando la opción de seleccionar niños al reservar un viaje de Valencia a Ibiza.
El buscador de Direct Ferries facilita reservar viajes familiares, permitiendo añadir niños y adaptar la travesía a las necesidades de cada familia.

Seguridad, sostenibilidad y cercanía

Si os preocupa la seguridad, tenéis que saber que el ferry es uno de los medios de transporte más seguros. Las estadísticas indican que los desplazamientos en barco son decenas de veces menos peligrosos que en carretera. Y como extra, contribuyes a un transporte más sostenible ya que cada milla de viaje en ferry puede sustituir entre tres y seis millas en coche, reduciendo el impacto ambiental.

Otro detalle que marca la diferencia es que los ferries suelen atracar en el centro de las ciudades o muy cerca de ellas, lo que hace mucho más sencillo llegar a casa de los familiares o moverse a pie por la zona. Nada de largos traslados desde aeropuertos alejados ni gastos extra en taxis o aparcamientos.

Si quieres saber cómo contribuyes al medio ambiente viajando en ferry, te recomendamos que utilices nuestra calculadora de huella de carbono.

Mujer disfrutando del atardecer en la cubierta de un ferry durante una travesía tranquila.
Una pasajera disfruta del atardecer desde la cubierta, símbolo de calma y desconexión durante el viaje.

Cómo planificar una escapada corta desde la península a las Baleares, Ceuta o Melilla

Si viajas para visitar a familiares, te recomendamos que planifiques con tiempo los horarios de salida y llegada. Las primeras travesías del día suelen ser más tranquilas y permiten aprovechar al máximo la estancia. En destinos como Palma, Ceuta o Melilla, los puertos están muy cerca del centro, por lo que llegar a casa de los tuyos o al alojamiento es rápido y comodísimo.

Si prefieres quedarte cerca del puerto, existen hoteles familiares y apartamentos vacacionales a pocos minutos a pie. Además, muchas ciudades costeras ofrecen transporte público frecuente o taxis accesibles justo en la terminal marítima.

Además de la planificación del trayecto, puedes aprovechar la llegada para disfrutar en familia de actividades cercanas al puerto: dar un paseo por el paseo marítimo de Palma, visitar el mercado de abastos en Melilla, o disfrutar de la playa del Chorrillo en Ceuta. Estas opciones permiten que el viaje no termine al desembarcar, sino que continúe como parte de la experiencia compartida. Algunas de las rutas nacionales más utilizadas para visitar a familiares son:

  • Barcelona – Palma de Mallorca: unas 7 u 8 horas de travesía. Ideal para salir de noche y amanecer en la isla.
  • Valencia – Ibiza: unas 5 horas de viaje con varias salidas semanales. Perfecta para una escapada corta con coche incluido.
  • Algeciras – Ceuta: apenas una hora de trayecto, con múltiples salidas diarias. Ideal para visitas familiares rápidas.
  • Málaga – Melilla: unas 6 horas, con travesías tanto diurnas como nocturnas.

Planificar el viaje es sencillo: revisa los horarios según la temporada, reserva con antelación y lleva un equipaje de mano con lo básico (ropa ligera, protector solar, cargadores y algo de abrigo para cubierta). Muchas navieras permiten viajar con vehículo, lo que facilita desplazarse por la isla o el destino sin depender del transporte público.

Familia abrazándose junto al ferry tras una travesía marítima.
Una familia se abraza emocionada al llegar el ferry, reflejando la alegría del reencuentro tras el viaje.

Reservar con inteligencia y llegar sin prisas al puerto

El secreto para empezar el viaje con buen pie está en la organización. Lo ideal es reservar el ferry con varias semanas de antelación para conseguir las mejores tarifas y horarios. Muchas compañías ofrecen billetes flexibles que permiten cambios sin penalización, una opción muy recomendable para familias.

Respecto al embarque, lo mejor es llegar al puerto entre 45 y 60 minutos antes de la salida. Así se evitan las prisas y se puede disfrutar del ambiente del muelle: cafeterías, tiendas duty-free o simplemente las vistas del puerto. Merece la pena llegar con tiempo, sobre todo al atardecer: ver los barcos zarpando con el sol cayendo sobre el mar tiene algo hipnótico.

No olvides revisar la documentación antes del viaje. Si cruzas fronteras, necesitarás DNI o pasaporte vigente, y en algunos casos documentos adicionales para menores o mascotas.


Preguntas frecuentes sobre los viajes en ferry

¿Cuándo debo llegar al puerto?

Entre 30 y 60 minutos antes de la salida, según la compañía y si viajas con vehículo o no.

¿Con cuánta antelación conviene reservar?

Unas semanas antes, especialmente si viajas en verano o en fechas festivas.

¿Y si el tiempo está mal durante el cruce?

Los ferries informan en todo momento y suelen mantener las rutas salvo condiciones extremas. Puedes llevar medicación para el mareo y seguir las indicaciones de la tripulación.

¿Es fácil viajar con niños?

Sí. Hay espacios amplios, zonas de juegos, Wi-Fi y opciones de comida pensadas para ellos.

¿Y con coche o mascota?

También. Solo asegúrate de incluirlos en la reserva. En la mayoría de rutas se permite llevar ambos.

¿Hay servicios a bordo para personas con movilidad reducida?

Sí. Las principales navieras ofrecen asistencia al embarcar y desembarcar, ascensores accesibles y camarotes adaptados. Solo debes notificarlo al reservar tu billete para garantizar la mejor atención.


Conclusión

Más allá de ser un simple trayecto, cada viaje en ferry es una oportunidad para mantener vivos los lazos familiares. Es el hilo azul que une a quienes viven separados por el mar y una excusa perfecta para compartir tiempo de calidad incluso antes del abrazo final en el puerto.

Viajar en ferry es mucho más que un medio de transporte: es parte de la experiencia. Permite llegar descansado, con menos estrés y más libertad. Además, combina sostenibilidad, comodidad y ese toque nostálgico que tiene el viajar por mar. La próxima vez que planees visitar a tus familiares, quizás merezca la pena dejar los vuelos de lado y  que el mar te lleve.

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