Por qué merece la pena visitar las islas griegas fuera de temporada
Guías de viaje
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Las islas griegas son un clásico del verano, eso ya lo sabemos. Pero, ¿y si te dijera que fuera de temporada tienen un encanto aún más especial? Entre noviembre y marzo, Grecia cambia el ritmo: paisajes secos se vuelven más verdes (ideal si te gusta la naturaleza), el calor intenso se transforma en brisa agradable y las calles abarrotadas de turistas dejan paso a la vida local más auténtica y que también merece mucho la pena descubrir.
Todo es más tranquilo, más real… y sí, también más barato. Es el momento ideal para recorrer pueblos costeros sin agobios, hablar con los locales (si te atreves con el griego) o tomarte un café mirando al mar sin que nadie te meta prisa. Además, los precios de los ferries son también más asequibles y es una época perfecta para viajar de isla en isla por Grecia.
¿Te apetece descubrir cómo se vive la verdadera Grecia cuando desaparecen las multitudes? Entonces prepárate, porque te contamos por qué viajar a las islas griegas fuera de temporada puede ser una de tus mejores decisiones viajeras.

¿Harto del frío, la lluvia y los días grises? Entonces un viaje a las islas griegas puede ser justo lo que necesitas para escapar del invierno. Aunque sea temporada baja, el clima sigue siendo increíblemente agradable: en noviembre las máximas rondan los 20 °C y, en los meses más frescos como enero o febrero, rara vez bajan de los 15 °C. Vamos, que pasear por el puerto o tomar algo al sol sigue siendo un auténtico placer.
Lo mejor es que el cielo suele mantenerse azul y despejado, así que podrás disfrutar de esa luz mediterránea que tanto engancha. Un chute de vitamina D en pleno invierno, ¿a quién no le apetece?
Consejo viajero: aunque en Grecia llueve mucho menos que en casa, en otoño e invierno puede caer algún chaparrón de vez en cuando. No es nada serio, pero lleva un paraguas o una chaqueta ligera por si acaso… y disfruta de la isla a tu ritmo, incluso si toca un día de lluvia.
Si alguna vez has estado en Santorini en plena temporada alta, sabrás lo abarrotadas (y agobiantes) que pueden estar las islas griegas en verano. En cambio, cuando viajas fuera de temporada todo cambia: no hay multitudes, las calles están más tranquilas y la vida local recupera su ritmo natural. Es cuando realmente puedes ver la Grecia auténtica, sin filtros ni prisas.
Además, recorrer las islas se vuelve mucho más fácil. No hay colas en los lugares más turísticos, ni tendrás que pelear por una mesa en tu las famosas tabernas griegas. Incluso podrás sacar esas fotos perfectas sin tener que esquivar a nadie entre tanto postureo… algo casi imposible en Santorini en pleno agosto. Además, las playas que en verano están llenas de hamacas y gente, se transforman en auténticos paraísos de arena donde podrás relajarte casi en soledad. ¿No suena bien?
Si lo que te apetece es desconectar de verdad, te recomendamos echar un vistazo a nuestro artículo sobre las mejores islas griegas para unas vacaciones tranquilas. Encontrarás ideas y rincones perfectos para disfrutar del paisaje sin prisas y lejos del bullicio.
Nuestro Consejo: si te apetece algo de ambiente pero sin el caos del verano, apuesta por las islas más conocidas como Creta o Rodas. En otoño e invierno siguen teniendo vida, con tiendas y restaurantes abiertos, pero sin las aglomeraciones de la temporada alta.

Otra buena razón (y de las más importantes) para viajar a las islas griegas fuera de temporada es como te podías imaginar, los precios. Vamos, que si lo que quieres es disfrutar de unas vacaciones en Grecia sin gastar mucho, este es el momento perfecto para hacerlo. Y es que en realidad, todo resulta mucho más económico: los vuelos suelen ser más baratos, y los ferris entre islas también bajan sus tarifas en los meses de otoño e invierno (aunque también habrá menos travesías disponibles que en verano).
¿Y qué pasa con el alojamiento? Este es otro punto a favor. En temporada baja, podrás encontrar buenas ofertas en hoteles y apartamentos, así que podrás alojarte en lugares que en verano serían impensables por precio. Y lo mismo ocurre con los restaurantes o las actividades: precios más bajos, menús que se ajustan y una experiencia que se vuelve mucho más relajada. Vamos, un gusto.
En definitiva, viajar a las islas griegas fuera de temporada no solo te permite disfrutar de un entorno más tranquilo, sino que también te ayuda a aprovechar mejor tu presupuesto. ¿Quién dijo que unas vacaciones de ensueño tienen que ser caras? Si quieres más ideas, échale un vistazo a nuestro artículo sobre seis islas griegas baratas para viajar - perfecto para encontrar destinos con encanto y precios más que razonables.
Si pensabas que Grecia solo merece la pena en verano... ¡andas bastante equivocado! En otoño y en invierno, el paisaje cambia por completo: el campo se vuelve más verde, el aire es más fresco y el mar sigue manteniendo esos preciosos colores que ves en verano (si no pillas un día muy nublado).
Cada isla tiene su propio encanto. En Creta, por ejemplo, puedes ver nieve en las montañas mientras paseas por la costa con una chaqueta fina. Con menos gente y temperaturas agradables, viajar a las islas griegas fuera de temporada es una forma diferente (y mucho más tranquila) de descubrir su belleza natural.
Y si lo que te enamora de Grecia son sus playas, te encantará saber que muchas de ellas están prácticamente vacías en estos meses. Calas escondidas, aguas cristalinas y arenales infinitos que puedes disfrutar sin prisas ni aglomeraciones. Échale un vistazo a nuestro artículo sobre las mejores playas de las islas griegas y apunta las que no te puedes perder en tu próxima escapada.

En verano, Grecia sabe a pescado fresco, ensaladas ligeras y fruta dulce recién cortada. Pero cuando llega el invierno, la cocina se transforma: los platos se vuelven más caseros, más cálidos… y, si me lo permites, ¡mucho más sabrosos! Es la época de los guisos que se cocinan a fuego lento y de las sopas que reconfortan hasta en los días más tranquilos.
Si viajas a las islas griegas fuera de temporada, apunta estos imprescindibles: el stifado, un estofado de ternera con cebolla y especias que huele a hogar; la fasolada, una sopa de alubias blancas que muchos consideran el plato nacional de Grecia; y la revithosoupa, una sopa de garbanzos con limón que es pura sencillez y sabor. También encontrarás tartas saladas, pan recién hecho y bollería local que huele tan bien que te costará pasar de largo.
¿Y de postre? Si viajas en Navidad, no te pierdas las melomakarona: galletas de miel y especias que los griegos preparan para las fiestas. Son dulces, suaves y absolutamente adictivas. Perfectas para acompañar con un café mientras ves cómo cae el sol sobre el mar Egeo. ¿Se te ha abierto el apetito? A mí, sí.
Vale, si lo que quieres es playa y solazo, el verano sigue siendo el momento perfecto para viajar a las islas griegas. Pero fuera de temporada, Grecia tiene otro encanto. El calor afloja, hay menos gente y de repente todo se disfruta de otra manera. Es el momento ideal para hacer cosas que en pleno agosto serían impensables.
Por ejemplo, salir a caminar sin acabar derretido. Las rutas de senderismo como la Garganta de Samaria o la de Agia Irini en Creta, el sendero de la caldera en Santorini, el Monte Eros en Hydra o el Corfu Trail en Corfú son una pasada en otoño e invierno. Caminas tranquilo, sin calor y sin colas. Solo tú, el paisaje y el silencio.
También puedes vivir experiencias muy locales, como la recolección de aceitunas, que se hace entre octubre y febrero. Es uno de esos planes que te conectan con la gente y las tradiciones griegas: recoges, pruebas el aceite recién hecho y acabas charlando con los productores. Todo muy auténtico.
Y si vas en invierno, hay más vida de la que imaginas. Encontrarás mercados navideños, fiestas locales y festivales como el Festival de la Castaña de Elos en Creta o el Día de San Averkios en Santorini. Son esos momentos que te hacen ver la Grecia real, la que vibra sin necesidad de sol ni multitudes.

No, las islas griegas no cierran en invierno. De hecho, es una de las mejores épocas para conocerlas desde otra perspectiva, sin las multitudes del verano. Eso sí, muchos negocios orientados al turismo bajan la persiana y la vida se centra más en los locales. El resultado: una experiencia mucho más auténtica y tranquila.
El clima varía un poco cada año, pero en general las temperaturas son suaves. Los días suelen ser soleados, con cielos despejados, y aunque por la noche refresca, durante el día a veces basta con una camiseta ligera. En esta época también es más probable que llueva, así que mete un chubasquero o un paraguas en la maleta, por si acaso.
Cuanto más al sur te vayas, más suaves serán las temperaturas. Si buscas un poco de sol invernal, apuesta por Creta o por las islas del Dodecaneso, como Kos, Rodas, Kalymnos, Karpathos o Patmos. Allí el invierno es templado y los días suelen ser luminosos.
Depende del tipo de viaje que busques. Si te apetece ambiente, tiendas abiertas y buenos restaurantes, lo ideal es elegir las más conocidas: Creta, Rodas, Corfú, Santorini o Mykonos. Pero si lo que te apetece es desconectar y disfrutar del paisaje en calma, te encantarán las islas más tranquilas como Folegandros, Symi o Tinos.
En invierno hay menos vuelos directos desde España, ya que muchos son estacionales. Pero puedes volar a Atenas durante todo el año desde varias ciudades y, una vez allí, coger un ferry hacia las Cícladas, Dodecaneso, islas Sarónicas o Creta. Los ferris funcionan todo el año, aunque con menos frecuencia, así que conviene planificar bien las fechas.
Sí, puedes moverte entre las islas también fuera de temporada. Rutas populares como la de Atenas a Mykonos o la de Heraclión a Santorini operan durante todo el año. Eso sí, los horarios suelen ser más limitados, así que planifica con antelación y consulta las conexiones antes de tu viaje.

Como ya habrás podido comprobar, tanto si te apetece hacer una ruta de senderismo entre paisajes verdes, probar la gastronomía griega más casera, pasear por pueblos blancos casi vacíos o simplemente disfrutar de un poco de sol en pleno invierno...¡las islas griegas son una apuesta segura fuera de temporada!
Es el momento perfecto para descubrir una Grecia diferente: más tranquila, más auténtica y con mucho que ofrecer durante todo el año. Así que empieza a planificar tu viaje y descubre todo lo que te espera en las islas griegas. ¡Te va a encantar!
Aunque sea temporada baja, te recomendamos que realices tu reserva con antelación ya que hay una menor cantidad de travesías y estas pueden agotarse, sobre todo si viajas a los destinos más populares. Utiliza nuestro buscador para comparar todas las compañías navieras, horarios y precios y empieza tus vacaciones con buen pie.
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